Costumbre colorida
- Elvia Sofía Pérez
- 26 may 2016
- 2 Min. de lectura


Ahuachapán es uno de los departamentos con mayor población en el país y, además, cuenta con la riqueza de cultivos de café, maíz, caña de azúcar, cacao, entre muchas otras producciones. La historia relata que Ahuachapán estuvo habitada por la tribu pokomames, familia del maya-quiché. De ahí la importancia en la riqueza cultural que ofrece el departamento.
Cada 7 de septiembre se lleva a cabo en la ciudad de Ahuachapán, en el occidente del país, la celebración del “Día de los Farolitos”.
El origen de la tradición se remonta a la llegada de los españoles quienes trajeron la religión católica y nos enseñaron el amor a la Virgen María, ya que el 7 de septiembre se celebra la Víspera del Nacimiento de la Virgen Santísima, fecha también llamada “Natividad de las Mercedes”.
El Día de los Farolitos es una tradicional fiesta. Tiene más 150 años de existencia y es originaria de Ahuachapán, aunque se disputa su origen ya que dicha fiesta se celebra en el Pueblo de Concepción de Ataco en la misma fecha que en el centro de Ahuachapán.
Sobre el origen de esta tradición se dice que las personas ofrecían rezos a la Virgen María en los patios de las casas; en vista que solamente había ranchos de paja, estos rezos los hacían iluminando los cercos. A raíz de ello, quedó como tradición iluminar los exteriores de las viviendas con faroles hechos a mano.
Por el año de 1988, esta tradición casi se pierde debido a que la población descuidó la celebración. Pero después de muchos años, los farolitos se recuperan, ya que identifican culturalmente a esta ciudad. Ahora, varias familias de los diferentes barrios y colonias de la ciudad, instituciones educativas y miembros de asociaciones, se unen para la creación de estructuras en donde destacan los farolitos.
Tradicionalmente a esta celebración asisten millares de personas que disfrutan de recorrer las calles de la ciudad de Ahuachapán, para apreciar la creatividad de los vecinos que preparan los faroles, que son elaborados con varas de bambú o madera, papel de china o celofán y candelas. la celebración participó tanta gente que hacían difícil transitar por las calles de la ciudad, que lucían brillantes y decoradas con luces de vistosos colores.
Es una de las tradiciones más coloridas y visualmente atractivas del país también cuneta Durante el recorrido por las calles de Ahuachapán también encontrarás diversidad de platillos típicos, como elotes, papas fritas, churros españoles y un sinfín de productos elaborados por los lugareños.
La celebración no es solo reconocida a escala nacional, sino que también en el extranjero. En los últimos años cientos de turistas han llegado a esa localidad procedente de Guatemala, Francia y Estados Unidos para festejar la noche del 7 de septiembre en honor de la natividad de la Virgen María.
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